Tranquila y fuerza
Hola Marlen, antes que nada, quiero decirte que no sólo te entiendo, sino que a veces me siento igual.
Mi nombre es Amparo y perdí a mis bebés el 19 de agosto pasado. Ya me reintegré a mi trabajo, pero al llegar a casa la veo y siento tan quieta y fría que no te haces una idea. Mi marido es un sol y en cuanto el llega no para de dar vueltas, de hablar, etc., cualquier cosa para que yo le siga. Igual me parece que a veces él siente que fue mi culpa, ya que desde hacía un tiempo que me pedía que tomara la licencia, a lo que yo le respondí siempre, que para ello habría tiempo, que las bebés y yo estábamos bien. Ese fatídico lunes 17, tuve un accidente en mi trabajo y para el miércoles, mis bebés Emma y Ella de 21 semanas ya no vivían. Me hicieron además un legrado por una adherencia placentaria (o algo así).
Se que hay frases hechas (ya las debes haber escuchado hasta el hartazgo), y no voy a ser yo quién te las repita, pero a pesar de lo que siento con respecto a Francisco (mi marido), el poder hablar con él o simplemente estar juntos, es lo que me ha dado fuerzas cada mañana para levantarme. Si las extraño, y el desarmar su habitación y regalar sus cositas fue muy duro. Más lo es al mirar como se acerca la fecha para la cual tenía programada la cesárea (iban a ser prematuras, pues con el embarazo múltiple se me detectó un problemita cardíaco). Hoy, 11 de septiembre me estaría internando y esperábamos poder llevar 2 semanitas más hasta lograr las 30 semanas. Hoy ha sido el día más duro desde ese 19 de agosto y fue mi cuñada quien me dijo de estos foros y así pues te he encontrado.
Lo que puedo decirte, es que no bajes los brazos y que hables con tu pareja y le expreses cómo te sientes, llora si tienes que hacerlo, pero intenta recordar que él también perdió un hijo y tal vez también esté angustiado y para no deprimirte "se fuga" (como dices tu). Dudo que lo pierdas, más si logras hablas de tus sentimientos. No existen recetas mágicas para seguir adelante (y si las hay, porfa, que me las pasen). Tampoco creo que se puedda superar u olvidar, lo que si creo (y espero), es poder aprender a vivir con el recuerdo de mis angelitos y, que en lugar de ser taaaan amargo como lo es ahora, sea un dulce recuerdo: mis angelitos siempre estarán en mi corazón.