Me cuesta contar la ultima etapa nada romántica con mi ex marido, exclusivamente basada en realizar todo el tiempo juegos, posiciones y prácticas atipicas, que provocaban un cúmulo de sensaciones inenarrables y te llevaban a entregarte a todos los deseos y fantasías sin reservas.
Con mi ex conocí el amor en todas sus vertientes. Desde la decepcionante primera vez, perdimos ambos la virginidad juntos a los 17 cuando éramos novios, a la mutua insatisfacción por la monotonía de lo enteramente convencional durante 20 años de matrimonio. Desde el despertar tardío de la pasión para espantar la rutina, a la búsqueda desesperada de tener un hijo para salvar nuestro matrimonio. Desde los tabús, dudas y miedos que reprimían las ganas de explorar lo desconocido, a la etapa final de actividades indescriptibles que te hacian vibrar hasta perder los sentidos.
Mi ex ha sido el hombre con quien he compartido emociones nunca imaginadas, pero aquello nos dejaba vacíos, sí, teníamos aquello que habíamos buscado, pero nos faltaba la persona, faltaba poder reír, hablar y disfrutar juntos de la convivencia.
Nos divorciamos hace cinco años y necesitamos ayuda profesional para superarlo. Ahora somos amigos y hemos rehecho nuestras vidas. Hace poco hablé con él sinceramente. Reconocimos que vivimos experiencias intensas e irrepetibles, pero que ambos hemos recuperado la paz con nuestras respectivas actuales parejas, manteniendo relaciones sexuales satisfactorias y saludables y viviendo plenamente cada minuto de nuestros días.
Os cuento nuestra historia a todas las mujeres y hombres que alguna vez habéis fantaseado con hacer realidad vuestro particular "50 sombras de Grey". Experimentar hasta las ultimas consecuencias y vivirlo 24 horas al día, 7 días a la semana puede llevaros al éxtasis o al abismo. Decididlo ambos. Libremente. Consensuar duración de la relación, obligaciones y derechos, palabra de seguridad, limites... Atreveros a ir mas allá del sexo. Pero no perdáis el rumbo de la felicidad.
En una pareja todo es valido si es mutuamente consentido y placentero, si no hace daño físico, psicológico o emocional, si no se convierte en una situación permanente e indispensable y si no acaba por anularte como persona y destruirte física y moralmente.
Saludos y Suerte en el lado oscuro!
