Foro / Pareja

Anoche

Última respuesta: 24 de septiembre de 2005 a las :41
A
an0N_650858599z
23/9/05 a las 15:35

Recibí su beso tierno con un gemido, el siguió besando mientras me volvía a recostar y se echaba sobre mí, le abrí mis labios y exploramos con nuestra lengua la dulzura del otro. Se movía despacio, frotando su cuerpo contra el mío, aún con la ropa puesta yo notaba su erección, mi sexo se inundaba con mi deseo creciente de tenerle dentro.
Se apartó un poco y llenó su mano con uno de mis pechos, lo masajeaba cuidadosamente y luego con sus dedos se concentraba en mi pezón, que se endureció de inmediato, mientras yo me afanaba en soltar los botones de su camisa sin mucho éxito. Se apartó un poco más y me ayudo a quitarle la camisa y a despojarme del camisón, nos abrazamos sintiendo el calor de nuestra piel y seguimos besándonos y acariciándonos. El se levantó de la cama y la rodeó, comenzó a acariciar mis tobillos y a subir poco a poco, instintivamente separé las piernas, el recorría la parte interior de mis muslos y llegó a mis braguitas. Antes de quitármelas metió un dedo de cada mano por debajo del elástico desde el centro a las costuras, alcé las caderas para ayudarle. Se quedó unos segundos contemplando mi sexo, sin hablar, sin tocarme. Fui hacia él, le desabroché el pantalón y le acabé de desnudar. Su pene salió disparado de su ropa interior y me lanzaba su mirada ciclópea y desafiante. Lo besé, lo besé por todas partes, lo acaricié, lo lamí, y mientras mi mano amasaba sus testículos, lo engullí. Su primer gemido fue casi un grito, su sexo desaparecía casi por completo dentro de mi boca para volver a aparecer aun más grande, sólo deje el juego cuando sentí que le faltaba muy poco para estallar.
Volvió a recorrer mi sexo con su mirada primero, con sus manos luego y con su lengua por fin, hasta hacerme llegar a la cima de mi placer. Sin dejar que me recuperara alzó mis piernas hasta colocarlas en sus hombros y se dispuso a penetrarme muy lentamente mientras me miraba a los ojos. Tras unos minutos bajó mis piernas y volví a sentir su peso, y como tapaba mis gemidos con su boca. El ritmo pausado se fue convirtiendo en salvaje, los besos dulces en mordiscos casi, y me corrí al tiempo que él eyaculaba dentro de mí. Agotados y sudorosos no dejamos de acariciarnos en silencio, besándonos él apenas había perdido su erección, mis caricias ayudaban a que su verga siguiera casi tan dura como al principio.

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A
ayesha_5822518
24/9/05 a las :41

Muy bueno
aprovecha mientras puedas ...ricoooooooo

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ISDIN Si-Nails

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