Pues salí del trabajo y fui a darle el paseo a la coco.
el que siempre le doy, ni modo que estemos secuestrados en nuestras propias casas.
Y fijate, que los vi a los ojos y pensé, pinches narcos, luego luego se les nota en la cara, pero me seguí de largo y caminé rápido, y pum! explota, se hizo una nuvesota gris.
Y luego me fui para el lado contrario y una señora le gritaba a otro que también le tocó estar ahí cuando pasó, negrooooooo venteeeee.
Y le dije, yo también ya me voy, la pobre coco estaba bien asustada, la tuve que llevar cargando, y me daba cosa, porque lo dejé muy cerca de donde explotó.
Por lo menos ya no siento hormiguitas por todo el cuerpo.