Resulta que él marcó en las revistas los juguetes que le gustaban para luego, cuando se escribiera la carta a los Reyes seleccionar entre ellos uno o como mucho dos, por si acaso. Pues resulta que entre ellos escogimos uno, que a mi no me gustaba porque era un armatoste, pero bueno como le gustaba. Ahora resulta que le volvemos a preguntar lo que quiere y va y dice otra cosa, de las que había seleccionado. Lo ha dicho ya dos veces. Bueno, pensé, busco el nuevo y descambio el otro. Ahora resulta que no lo encuentro. Mi hijo tiene 5 años, y diréis que soy una boba y que me enrrollo.
¿Qué me decis?