Cuando conocí a mi marido me enamoró de él que era muy familiar y muy dispuesto siempre a agradar a los demás, aunque no los conozca, yo puedo llevar a unos amigos a casa, que sé que él no se va a quedar callado y va a intentar agradar.
Pero como todo en la vida, esta virtud a veces se convierte en un defecto, no sabe decir que no y siempre me pone en compromiso para invitar a mil y unas personas a casa, con el trabajo que supone limpiar toda la casa y comprar/organizar una comida/cena o lo que sea.
Trabajamos los dos fuera de casa a jornada completa, no tenemos familia en la ciudad y tenemos un hijo de 2 años y medio y otro que viene de camino y si fuera por él, invitaría a alguien casi todas las semanas.
Si le digo que no, me dice que yo no quiero nunca invitar a nadie y si le digo que sí, parece que no se cansa, invitamos hoy a un amigo y dice, como ha sobrado comida, que venga mañana, y quiere que invitemos a su hermano con toda su familia un día, cuando hemos quedado dentro de 3 días otra vez para celebrar su cumpleaños, .... para mí agotador.
Temo cuando nazca el bebé, recuerdo con mi otro hijo, que había que invitar a mil y una personas a que vinieran a ver al bebé, a muchas repetidamente, ...
¡Ay! qué estrés, me está entrando un agobio, también será que se acercan las navidades y aunque vayamos a pasar 6 días en casa de sus padres, siempre se le hace poco y quiere que pasemos también reyes. Y yo me incorporo a trabajar, sin haber descansado, y estoy ya de 5 meses.
En fin, me estoy agobiando.
Besitos,