Atardece
Prefiero la tarde para hablar con el sol
Prefiero sus flujos amarillos sobre mi pecho de cobre
Sentir este espectáculo del mar, recogiendo en su horizonte la perfección de la vida
Desde este soberbio acantilado de rocas diurnas, dueñas de la memoria, me alzo majestuoso
Me gustaría ser gaviota perpetua, ahora que yo mismo quisiera volar, fundirme en este universo, en este ocaso de oro y sal
Me acerco al limite de la vida, quien diría entonces muerte, parecería pedir mi alma la libertad negada
Engendrar profundamente esta plenitud, esta paz, y esta mar, que me llama con su ancestral silencio de soledades
Saltar sera la dicha,
Abrir los brazos inmaculados y volar, sera al fin, el yo mismo que quise ser
Saltar y buscarla entre la espuma, entre el afanoso canto de sirenas
Saltar sera la vida,
Buscar su corazón errante y solitario de algas, que espera mi llegada entre las sigilosas caracolas y los corales de perlas
Saltar sera encontrarla,
Profundo su nombre de regreso, entre la claridad de un mañana sin limite