En respuesta a an0N_899471399z
Pienso en la fecha de mi suicidio
y creo que fue en el vientre de mi madre;
aún así, hubo días en que Dios me caía
igual que gota clara entre las manos.
Porque yo estuve loca por Dios,
anduve trastornada por él,
arrojando el anzuelo de mi lengua
para alcanzar su oído.
Su fragancia penetraba en mi piel
palabras que no alcanzo a entender,
que no voy a entenderlas, quizá
Aprendí muy tarde a conocer varón,
lo sentí dilatarse con toda su soledad
dentro de mí.
Fue una jugada turbia,
un error sin caminos.
Fue descender al núcleo fugaz de la mentira
y encontrarme, al despertar, rodando en el vacío
bajo una sábana de espanto.
Fue lavarle la boca a un niño
con un puño de brasas
por llamar natural lo prohibido;
por arrastrar con cara de mujer madura,
ese carro de sol inútil: la inocencia.
Fue arrancarte las uñas de raíz,
arrastrarte,
meterte en la oquedad de la miseria, a bofetadas,
por el ojo hecho llama sombría, del demonio
En la soledad de mi mundo
de mi abismo
espero acechante en la oscuridad
el momento para matarme.
En la soledad de mi sueño
no deseo vivir
no quiero seguir,
sólo dormir
para no volver.
La soledad de mi mundo
ha vuelto a nacer
cubierta de indiferencia
llena de miseria.
En la soledad de mi vida
mi premio es amarte,
mi castigo perderte
no hay marcha atrás
no tengo otro camino.
En la soledad de mi alma
quisiera perderme
quisiera olvidarme
de cosas dichosas.
En la soledad de mi muerte
aspiro a la vida
me arrepiento cada día.
En la soledad de mi ser
anhelo volverte a ver
y decirte por una vez
lo mucho que te amé.