Pues si tuvieráis que aguantar a mi suegra os daba un infarto. Mi suegra es literalmente una IMBÉCIL INTEGRAL. Es superpija y muy superficial, y más pesada que un plomo, es una pesadilla de mujer.
Yo lo que hice cuando ya no pude más fue dejar de cogerle el teléfono y el móvil hasta que después de insistir mucho se dio por aludida y dejó de llamarme, gracias a Dios. Y esto tuve que hacerlo porque yo sólo quería que de una vez por todas me dejara en paz, que dejara de agobiarme con sus llamadas y sus intromisiones en mi vida, que ya llegó a un punto la cosa que parecía que yo fuera su hija y su hijo un desconocido. Si íbamos a un restaurante, en vez de sentarse al lado de su hijo que sería lo normal, la muy pesada me decía siempre: Pepa, tu siéntate aquí a mi lado y yo a su lado amargada perdida porque así es como me sentía, y tragando y tragando hasta que me cansé y ahora por lo menos vivo más tranquila porque ya no tengo que aguantar sus llamadas incesantes ni sus gilipolleces.