Foro / Pareja

Juntos al fin

Última respuesta: 6 de febrero de 2008 a las 5:24
A
an0N_783011799z
25/4/07 a las 18:25

Nos casamos por Internet, y no hemos podido tener una noche de bodas como Dios manda, nos conformamos con imaginárnos cómo sera.
En esta oportunidad decidimos compartir una de nuestras fantasías con ustedes, a ver que les parece.

Viniste a visitarme desde Caracas a Playa del Carmen, por supuesto invitada a pasar unas cuantas noches en mi habitación, y aunque cuento con cama, yo prefiero dormir en una hamaca por el calor tan intenso que hace por acá.

Después de bañarnos juntos en la regadera no permití que te vistieras y así te llevé a mi hamaca, yo mismo te coloqué en ella, la cual tiene la altura justa de mi pelvis, por lo que, al pararme junto a ella, mi pene quedaba exactamente a la altura de tu cara. Al notar que aún estaba semi flácido iniciaste acariciándolo con tu mano, para después besarlo, suavemente primero, en la puntita de la cabeza, a lo que él comenzó a responder hasta alcanzar una gran erección total.

De los besos en la puntita pasaste a darle algunos chupetes a la cabeza, yo sólo podía cerrar los ojos y hacer la cabeza hacia atrás, para concentrarme en la sensación recibida y no distraerme viéndote. De repente mis expresiones de placer pasaron a ser algo así como: "Ay ay ay ay, mmmm".

Poco a poco, a medida que recuperaba el control, pensé que era buena idea llevar a cabo un 69, así que me incliné sobre ti y dirigí mi lengua a tu pelvis, sin que por ello tu dejaras de chuparme, sólo que yo hacía lo mismo contigo. Desde luego para mí era un placer algo tormentoso, pues tocarte con mi boca y sentirme tocado por ti me hacía muy difícil mantenerme de pie, pero justo cuando iba a detenerme apretaste fuertemente mi cabeza contra tu vulva y sentí cómo vaciabas todos tus jugos en mi boca, los cuales tragué con especial deleite.

Esta situación de prolongó hasta que sentí que quería aprovechar de otro modo la muy fuerte erección que mi pene había alcanzado, aprovecharla en quien sentía muy húmeda gracias al gran orgasmo conseguido. Me separé de ti y me senté a horcajadas en tu cintura, coloqué tus piernas sobre mis hombros, mis manos en tu cintura y empujé mi pene poco a poco con la fuerza de mi pelvis mientras mis manos te jalaban hacia a mí. Juntos sentimos entrar primero la cabeza del glande, para dar paso al grueso cuerpo de mi duro pene, hasta quedar completamente dentro de ti.

Siguiendo, con mis pies apoyados en el piso me era muy fácil moverme de tal modo que empujara mi pene dentro de ti y luego lo jalara para volver a salir y nuevamente entrar repitiéndolo muchas veces. Ocasionalmente quitabas tus pies de mis hombros, abrías las piernas, las volvías a colocar, y me regalabas a la vista el extraordinario bamboleo de tus pechos.

El cambio se dio cuando tu te enderezaste y me acostaste a mi en la hamaca, quedando sentada ahora tú sobre mi y con mi pene aún dentro, cada una de tus manos tomaba las mías, y cabalgabas, subías y bajabas. En ese momento disfruté aún más el bamboleo de tus pechos y el sentir el golpeteo que tus nalgas daban a mis muslos cada vez que bajabas de nuevo. Este movimiento y posición habría durado alrededor de unos minutos cuando sentí de nuevo tu tensión y me pediste que no parara, hasta que llegó el punto que nuevamente sentí tus jugos, pero esta vez chorreaban por mi pene hasta caer en mi vello púbico. Tus senos me enloquecieron, los pezones endurecidos por el recién conseguido orgasmo, me invitaban a morderlos, por lo que me enderecé los tomé con ambas manos y los chupé, uno a uno, consiguiendo que gimieras de placer. Te rodeé la espalda y tus pechos presionaron el mío y sentía tus pezones apretados a mí. En este momento cesaba el movimiento de entrar y salir para volverse de zig zag en la hamaca sin salirme de ti.

Ante una posición de mucha quietud y romanticismo, pedías un cambio dirigido hacia algo más apasionado y movido, por lo que repentinamente me salí de ti y te pedí girar para que te acomodaras volteada, sentada sobre mi pene, pero sin penetrarte aún, para recorrer con mis manos tu espalda, besándola hasta llegar al cuello y sólo rozándote con la punta de mis dedos para erizarte, hasta alcanzar los glúteos, en los que coloqué mi pene aún con su erección, introduciéndolo ahora si, poco a poco, y tú deteniendo juguetonamente su ingreso apretando los glúteos cada vez que entraba un poco más. Finalmente mi pene alcanzaba su objetivo y nuevamente estaba dentro de ti.

Mi movimiento en un principio era suave, circular, sin salirme, y la hamaca en máxima tensión seguía nuestro movimiento. Después de un minuto o dos tu comenzabas a mover las nalgas verticalmente, guiando mi movimiento, me empujabas hacia arriba, y yo era quien te empujaba hacia abajo. Te pedía sujetarte con fuerza, pues una de mis manos la llevaría a tu pelvis para sentir tu pubis y auxiliar a mi pene dándote placer con un dedo al mismo tiempo al acariciar tu clítoris.

Este sería el momento más intenso de nuestra relación. De repente al iniciar a subir podías detenerte repentinamente haciéndome salir de ti. Sin embargo, tal era mi excitación que al verme fuera de ti rápidamente volvía a entrar para que pareciera que no hubiese salido. Detenerte era una especie de juego que me hacías para poder sentir más de tus nalgas al ir entrando en ti y rozarlas con mi pene.

Finalmente llegaba el momento en el que me venía. Me pediste que me apurara, que te dejara acompañarme a unir nuestros orgasmos en uno solo. No podía mas que complacerte, sentía que ya éramos uno solo. Para ese momento te sujetaba de las caderas, te ponía en la posición de "en cuatro" y me movía firmemente dentro de ti hasta que no tuve ya más control sobre mi pene y vacié toda mi leche caliente, espesa, blanquita dentro de tu hermosa vulvita, que a su vez también vaciaba sobre mi su delicioso jugo. Sentí como te dejabas caer en la hamaca y yo te seguía, para ambos descansar y seguir con futuras actividades, futuros sueños y cuidar de nosotros mismos.


Ver también

P
padma_7830116
6/2/08 a las 5:24

Miren lo que encontre!!!
Encontre este relato en el baul de los recuerdos y me parecio tan bien hecho que quise felicitar a la autora si aun se encuentra en este foro.
Felicidades, y por favor, vuelve a escribir.

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ISDIN Si-Nails

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