Para arriba y para abajo, todo el día corriendo para cumplir con nuestro horario de trabajo. Altos edificios, vehículos y fábricas emitiendo gases que destrozan la atmósfera de nuestro poblado planeta, étc.
¿Habéis probado a pararos en mitad de la calle? ¿A contemplar a vuestros semejantes? Es más, ¿habéis echado un vistazo al hermoso cielo azul?
Ir a un lugar apartado en donde poder conectar con nosotros mismos. Un bosque, el mar, la montaña... cualquier paraje natural. Aprender a valorar el medio que nos rodea, cuidarlo, respetarlo y amarlo.
Nisiquiera necesitáis iros lejos, en vuestra propia casa, en vuestra habitación mismamente podéis pararos a pensar, a reflexionar sobre lo bella que es la vida.
Y si es tan bella... ¿por qué nos destruímos mutuamente? La belleza... ¿qué es la belleza sino una ilusión pasajera? ¿Dónde reside la auténtica belleza sino en el interior de nuestros corazones? ¿Por qué aferrarnos a la cruel superficialidad?
No podemos ir por la vida así, pues nunca sabremos cuándo necesitaremos de las otras personas, nunca sabremos si hemos insultado a cierta persona o si nos hemos metido con ella para que después nos salvase la vida.
Cada quién es como es, no se puede pretender cambiar a todo el mundo, pero si logramos sentirnos bien con nosotros mismos, decidme, ¿seguirá reinando la crueldad y la injusticia? Nunca más tendremos que machacar al débil para sentirnos más fuertes, para subir nuestro ego, para reafirmar nuestras cualidades tanto interiores como exteriores [...] no existe la belleza cuando tu interior es pura leña quemada.
Valorar la familia, la amistad, vivir vuestra vida lo mejor que sepáis y podáis, tended una mano al que la necesite, si podéis frenar el mal, ¿por qué no hacerlo?
No hablo de política, sino de humanidad.
