Menos mal que los Obispos y la Sede Santa tienen claro lo que es bueno. Así les va, con las iglesias a rebosar y devociones religiosas por doquier. Cada día el mundo mundial es más consciente de la actitud benefactora, solidaria,humanística y, sobre todo, ecuménica de la Iglesia de Roma y sus jerarcas.
Hasta los agnósticos reconocemos su labor en pro del entendimiento y la confraternización entre todos, sean sus fieles o no.